jueves, 18 de febrero de 2010

Recibir una carta


No sé en dónde y cómo estás, pero me ilusiona pensar que en algún momento encenderás tu maquina y llegarán a vos estas letras. Me hubiera gustado escribirlas como las cartas que muchos escribíamos antes, en un cuaderno de tapa dura con lapicera y papel; ...pero aunque no lleven sello, sencillamente, te las envío para que no me quede la sensación de que quise pero no hice….



Estas letras pueden ser también para quien necesite un abrazo o tenga miedo.

Aquella persona que alguna mañana haya visto claras sus equivocaciones y sus consecuencias. Alguien que en el deseo de ser de otra manera tropieza siempre en la misma piedra, esa que nos sorprende porque forma parte de lo que realmente somos, aunque aún no lo sospechemos.



Escribo para quien frecuentemente se emociona, descubriendo a su corazón girando como un molino de deseos pero sin reconocer de dónde proviene tal viento.

Alguien así entenderá que algunos días el mundo nos prende con su sombra, comprenderá que hay situaciones en las que no tenemos rumbo ni dirección y necesitamos que alguien a nuestro lado tome el timón. Se reconocerá en ese esfuerzo de remar, remar y remar hasta que aparezca tierra en el horizonte.



Estas letras son para quienes sienten todo eso y mucho más, pero no se animan a dejar escuchar esos ritmos del alma.



Verás, estaba pensando que hermoso sería que a todo el mundo, otra persona le hubiera escrito unas letras o dedicado una poesía, inspiradas en ella, creadas por su sola existencia.

Y que toda la gente hubiera sentido que algún otro ser la recordaba con afecto, y no por lo más hermoso que hubiera mostrado, sino aún habiendo enseñado esa fealdad que también alberga.



La razón de estas letras es tu persona.

Ya no serás una de esas personas a las que se refiere este refrán:



"Nadie es más solitario que aquel que nunca ha recibido una carta"

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